Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: Cortocircuitos. 15/05/2022
¿Alguien sabe dónde está la secretaria de educación pública? ¿Despacha todavía en el edificio frente a la Plaza de Santo Domingo? ¿Se emociona cada vez que ve los murales de Rivera o Montenegro? -¿alguna vez lo ha hecho?-. ¿Se enteró que andaban eligiendo a su sucesor? ¿Sabrá de la andanada derechosa contra el Marco Curricular? ¿Conocerá acaso las características del Marco, sus problemas, sus dificultades, sus incoherencias? ¿Es su proyecto acaso? ¿Qué dice la futura candidata de MORENA a la gubernatura del Estado de México de todo eso? ¿La preparación de esa candidatura ocupa todo su tiempo y sus energías y sus planes? ¿Por eso está en modo-florero? ¿O está nadando de muertito después de los financiamientos irregulares -por decir lo menos- a su partido cuando era presidenta municipal de Texcoco?[1]
No preguntaremos si sabe lo que ocurre con los y las maestras de PRONI, quienes siguen sin recibir los pagos por trabajo desempeñado desde hace muchos meses[2], es evidente que lo sabe y sigue tan campante. Tampoco preguntaremos si está al tanto de la falta de pagos a los maestros en Michoacán, en Baja California, en Oaxaca, es obvio que lo sabe, y nada; menos aún diremos que la CNTE ha denunciado que la promesa de basificación se ha incumplido y las mesas de negociación han sido suspendidas desde hace muchísimos meses, motivo por el cual el magisterio chiapaneco bloqueó el tránsito de AMLO, ¿por qué exponer al presidente a esas cosas?, nos cuestionamos nosotras mismas. Todo eso sabe y nada, nada, nada que atiende.
¿Estará consciente de las barbaridades cometidas en las Universidades del Bienestar Benito Juárez? Evidentemente que sí, es uno de los programas insignia del sexenio; ¿y entonces? ¿Le vale, o comparte los modos de gestión de La sargenta Raquel Sosa?
Pareciera que no hay secretaria de educación pública; quizá no estemos informados, a lo mejor ya no está por ahí. Porque no es posible que en el cuarto año de gobierno de la IV T, en el sector educativo no haya habido algo parecido a una transformación, ni académica, ni curricular, ni organizativa, ni pedagógica. Bueno, ni siquiera un buen modo de administrar lo básico como son sueldos, prestaciones, claves, plazas, vacancias, evaluaciones, es decir, lo mínimo.
Y si hay tantas dificultades en la gestión de lo básico, ¿por qué esperar entonces que encabece una transformación de gran calado en el Sistema Educativo Nacional? Quizá porque ni eso puede hacer; quizá porque en realidad su trabajo es ese, administrar lo que dejaron los anteriores, llevando más lejos la opacidad con la que siempre ha funcionado el sistema educativo.
Y cuando de repente un director de tercer nivel en la SEP promueve algo tan distinto como el Marco Curricular, nadie de mayor jerarquía parece acompañarlo, menos Delfina, que graba mensajes anodinos para las reuniones de consejo técnico sin hacer mención de lo que viene. Ni ella ni nadie convoca a una gran movilización pedagógica, que sería lo conducente si se tomara en serio el Marco Curricular.
En lugar de esto, optan por lo de siempre: asambleas a las que van los que no incomodarán a las autoridades, con los procedimientos de siempre, para sacar lo de siempre, es decir, lo que dicen los jefes. ¡Engaño total!
El Marco Curricular está siendo atacado por la derecha y la ultraderecha y Delfina calladita, calladita, dejando a Marx que conteste dando palos de ciego, peleándose con todo el mundo, ahogándose cada vez más, porque en el fondo, y en la forma, nadie, ni ella, ni él, menos AMLO, o los intelectuales o los funcionarios o los maestros de la IVT, parecen estar convencidos de la transformación o no quieren hacerla.
En la SEP, como en tantas otras cosas, la IV T resultó una nuez vacía, nada hay ahí como no sea la administración-profundización de lo anterior; y ni siquiera eso han podido hacer bien. ¿Alguien le recordará a la IV T lo que implicaría un movimiento de transformación pedagógica (por cierto, no solo curricular, pero ya ven, que ni eso), para el cual es indispensable contar, convencer y movilizar a la magisteria? Porque es obvio e inocultable que Delfina no lo está haciendo, la representante de los funcionarios amlistas más grises que las tardes de la Cd. de México en plena contingencia ambiental. Aunque quizá no sea su responsabilidad, no hay que pedirle peras al olmo, quizá el principal responsable es quien la puso ahí, sabiendo todo eso, o quizá precisamente por eso.
Fotografía: eldiariodeyucatan
[1] https://elpais.com/mexico/2022-01-13/el-tribunal-electoral-ratifica-la-multa-de-mas-de-cuatro-millones-de-pesos-a-morena-por-financiacion-irregular.html
[2] https://www.elsudcaliforniano.com.mx/local/docentes-de-ingles-trabajan-sin-recibir-sueldo-desde-hace-dos-meses-7941978.html