Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: Cortocircuitos.03/11/2021
No es la primera vez, lo ha venido reiterando desde hace tiempo: el feminismo, el ecologismo, los derechos humanos, los derechos de los animales y la diversidad sexual, son invenciones neoliberales para ocultar el saqueo, ha dicho Andrés Manuel López Obrador desde el púlpito presidencial, el 29 de octubre de 2021.
Y quí nos tiene, otra vez, como siempre, a las colectivas feministas, a la banda de las diversidad sexual, a las asociaciones de derechos humanos, a las organizaciones ecologistas, a rebatir lo dicho por el señor presidente. Una y otra vez, porque no es un exabrupto, es su plena convicción. Y ahí quedaría en cualquier individuo, pero no en el señor presidente, no en el líder de la IV T, no en el que fija la agenda pública. No: esa no es una opinión más: es una sentencia política.
Sería demasiado fácil refutar lo dicho por AMLO. Sus “argumentos” son tan endebles que caen al primer embate: el de la historia. Es falso que el feminismo, los derechos humanos o el ecologismo hayan surgido con el neoliberalismo o estén a su servicio. Digámoslo con todas sus letras: es una mentira. Tienen una larguísima historia -por supuesto, con sus oleadas, con sus mutaciones, eso es demasiado obvio como para reiterarlo-.
Lo mismo sucede con los derechos humanos, los movimientos del LGBTTTIQA+ o la defensa de los animales. Tienen su historia, muy larga ya. Eso es obvio para cualquier persona mínimamente informada.
Así que AMLO empieza con una falsedad. Otra cosa es que, como todos los movimientos, en su interior coexistan diversas posiciones políticas e ideológicas: hay un feminismo burgués, no solo neoliberal, el llamado feminismo del cielo de cristal; lo mismo sucede con el ecologismo, que lleva al capitalismo verde; y así, en todo.
Uno de nosotrxs, por ejemplo, escribió la captura del movimiento lésbico-homosexual por el capitalismo.[1] Eso sucede en todos los movimientos, en los partidos, en los gobiernos, como el del mismo Peje. ¿Por qué? Porque los movimientos, los partidos, los gobiernos, los individuos, están atravezadas por relaciones de poder. El agonismo es el material que los constituye; nada hay de sorpresa en eso. Pero decir que porque algunas fracciones de esos movimimientos los hacen neoliberales, es un despropósito. Sería como decir que dado que Mario Delgado estudió en el ITAM y es el dirigente mayor de MORENA, MORENA es un partido neoliberal. ¿Lo es? O porque Adán Augusto López Hernández, AMLO y Bartlett vienen del PRI, MORENA es un partido priísta. ¿Lo es?
Así que pongámonos serixs. La cuestión es más densa y tiene más derivaciones que una simple distorsión cognitiva.
AMLO inicia con una falsedad. Esos movimientos no surgieron con el neoliberalismo. Pero, podrá decirse, Andrés Manuel no se queda ahí. Le sigue: dice que los Neoliberales alentaron nuevos derechos para ocultar el saqueo ; para que el “tema de la desigualdad en lo económico y en lo social quedara fuera del centro del debate”; y en un extrañísimo giro argumental, dice que “las organizaciones de la sociedad civil no estaban con su causa, porque no pensaban en transformar, si acaso se quedaban en el regodeo del análisis de la realidad. Sin embargo, cómo vamos a estar nada más analizando la realidad; lo que tenemos que hacer es transformar la realidad, más cuando se trata de una realidad de opresión, de injusticias, de privilegios”.
Van dos capas más del discurso pejista: el olvido de la desigualdad y el olvido de la transformación de una realidad de opresión, injusticias y privilegios.
Aquí el discurso se volvió caótico y totalmente desconectado con la política y la vida:
- ¿Quiere decir AMLO que las mujeres que luchan contra los feminicidios, contra la trata de jóvenes y adolescentes, son cómplices de los neoliberales? ¿No es esa una de las modalidades neoliberales: la disposición de cuerpos y vidas; en este caso por su condición de género?
- ¿ Quiere decir AMLO que los protectores del medio ambiente que luchan contra los saqueos de las comunidades indígenas son neoliberales? ¿De verdad? ¿Pues no que había que luchar contra el saqueo?
Son luchas contra formas de saqueo y opresión específicas; son territorios expoliados, son comunidades desplazadas por las industrias criminales en convivencia con agencias estatales y organismos internacionales.
¡Son luchas que han costado y siguen costando vidas! Como las de defensores de bosques, aguas y mariposas. Si: mariposas, animales invertebrados con los que vivimos, con los que compartimos el mundo, la vida y el destino. ¿No es esa una forma concretita de lucha contra la opresión y el saqueo?
Por cierto, que el gobierno de Andrés Manuel sigue permitiendo, compartiendo y promocionando esos proyectos. El Tren Maya y los megaproyectos son eso: prácticas del despojo. ¿Quién se olvida, en este caso, de luchar contra el saqueo, la explotación y la violencia?
Lo mismo ocurre con los defensores de derechos humanos y el movimiento de la diversidad sexual. No son inventos neoliberales, esa es una tontería, son contingentes que luchan contra formas específicas de opresión.
Si: de opresiones que cruzan gobiernos, clases, ideologías, pigmentos cutáneos y hasta géneros. Son específicas. Eso es lo que hay que entender; pero que se enlazan con muchas otras en un dispositivo general al que llamamos capitalismo, una de cuyas formas de regulación es el neoliberalismo.
Una cuestión adicional, que no es solamente técnico-conceptual, sino política.
AMLO habla de la desigualdad económica y social como el eje de las transformaciones. Acusa a los demás movimientos de haberse olvidado de ella.
Otra falsedad. Subjetiva y políticamente muchos colectivos y personas que luchan contra una forma específica de opresión lo hacen contra otras. No nos adentraremos en el asunto de la interseccionalidad, que es central en el tema; pero, por ejemplo, históricamente fueron las revolucionarias las que engarzaron la lucha socialista con los derechos de las mujeres; lo mismo sucede con el ecologismo y el inicial movimiento lésbico-homosexual.
Otro ejemplo: el ecosocialismo es una corriente internacional que enlaza la explotación de los trabajadores con la del medio ambiente. Así que otra vez se equivoca el señor presidente, esos movimientos son una parte absolutamente fundamental de la lucha contra las desigualdades, la opresión y la explotación; por cierto, una palabra que prácticamente no está en el discurso presidencial, porque él no cree que en la relación salarial está basada en la explotación. Según él, como lo dijo en campaña, los empresarios no explotan a los trabajadores, les dan trabajo. Por eso habla de desigualdad, no de explotación; pero por ahora dejaremos esa diferencia a un lado, para no complejizar más el debate.
Además, por si fuera poco, la desigualdad y su presunta transformación a través de programas compensatorios al consumo, como el arsenal de becas que impulsa el gobierno de MORENA, SI que son programass neoliberales; de hecho, iniciaron con Salinas: ¿no era eso el programa de Solidaridad? ¿No se le llamó a eso el maoísmo-salinismo? Sabemos que tiene sus diferencias con las actuales becas; pero ¿son tantas como para hablar de algo distinto?
Lo más interesante de todos esos programas de la IV T, porque no todo está perdido, es la universalización de uno de ellos, el de adultos mayores; ese es un proyecto del común, no focalizado, pero todavía estamos a mucha distancia de cantar victoria.
Lo curioso ya no son los dislates históricos y políticos del presidente sobre estos temas; sino su complicidad con diversas formas de saqueo y opresión. Curiosamente lo mismo que denuncia.
¿Expoliación y saqueo? ¿No es justamente eso lo que hacen las mineras; lo que hacen los megaproyectos, lo que hace el corredor transítsmico, lo que hace el Tren Maya, lo que siguen haciendo los talabosques, las mineras canadienses y mexicanas, los depredadores ambientales de todo el país?
Y peor: al denunciar a los ambientalistas, ¿no se está protegiendo a los saqueadores neoliberales?
Al denunciar a las feministas ¿no se está protegiendo a los tratantes de personas, a los desaparecedores, a los feminicidas, a los saqueadores de la vida, los cuerpos y la dignidad de las mujeres? Eso se llama patriarcado; y patriarcado criminal-neoliberal, en este caso.
Al denunciar a los defensores de derechos humanos ¿ no se está protegiendo a los opresores, a los violentadores, a los criminales?
¿Quiere decir el presidente que las madres de los y las desaparecidas son cómplices de los neoliberales, cuando luchan por la presentación de sus hijos e hijas, víctimas de las industrias criminales y las agencias estatales? ¿No es eso entonces, una forma de complicidad con las mismas fuerzas de la desaparición y del saqueo de las familias?
Al denunciar a los colectivos de la diversidad sexual, ¿quiere decir AMLO que las luchas por la dignidad, por la vida, por el amor y la autodeterminación, son neoliberales? Y entonces, ¿habría que seguir siendo oprimidos por el heteropatriarcado y sus figuras de centro, derecha e izquierda?
¿No es tiempo de decir las cosas por su nombre? ¿Cómo se llama una práctica político-gubernamental que denuncia a los luchadores contra todas las formas de opresión, el racismo, la explotación y el saqueo? ¿No es una práctica y una ideología cómplice de los saqueadores, de los opresores y de los explotadores?
Y en buena lógica, cuando AMLO denuncia a los que luchan y transforman realidades, con su pensamiento y acción, ahí donde se presenten, en cualquier lugar y espacio, ¿no es un cómplice de los opresores? ¿No es un baluarte del saqueo y de las opresiones por género, orientación sexual, etnia, color de piel, condición socioecónomica?
¿No son él, su partido y su gobierno, los últimos obstáculos del capital? ¿No es él, curiosamente, el último valladar del neoliberalismo y el heteropatriarcado? Para pensarse, ¿no?
Fotografía: marca
[1] Roberto González Villarreal, Foucault no fue a los Baños Ecuador, (México: Terracota, 2018).