Por: Wilbert Torre. El heraldo de México. 11/09/2017
En Cintalapa, Anahí se metió a la casa de María y subió a las redes un video que muestra unas ruinas.
En una tragedia siempre irrumpe oportunista y alza la cabeza una de las peores caras de la política: el lucro de la desgracia.
En medio de la pena, las pérdidas y la destrucción, siempre encuentran forma de abrirse paso los discursos y las acciones que llegan con tufo a utilitarismo y traen tatuado el nombre de quien manda unas migajas de ayuda, como si eso fuera importante en esos momentos; como si eso compensara los años de abandono y olvido.
Tras el terremoto del 7 de septiembre el secretario de Fomento Económico del gobierno de Manuel Velasco se sentó al centro de una mesa y pronunció unas palabras gélidas y distantes ante personas que habían perdido a un familiar, o su casa y sus ínfimas propiedades.
“Todos los que aparecen en esta lista tienen ya su ataúd, su apoyo del acta de defunción, su café, su pan, su carpa para que sea un dolor menor y un mensaje del gobernador, que está al pendiente de ellos”.
Tal vez este funcionario solo se dejó llevar por el ejemplo de su jefe el gobernador y su esposa la actriz Anahí, al visitar una de las zonas más lastimadas por el terremoto.
En la filmación aparece Anahí abrazando a una señora que llora. Ella y el gobernador visten los chalecos verdes de protección civil que llevan los empleados.
Anahí abraza a la señora y voltea hacia abajo y a los lados al tiempo que los los flashes iluminan la habitación de una casa con pisos de tierra y paredes de ladrillo y adobe. Clac, clac, clac, clac, se escucha el motor de las cámaras. El gobernador está sentado junto a un viejo campesino y enfrente tiene a cuatro o cinco (o tal vez más) fotógrafos y camarógrafos que inmortalizan cada instante.
En Cintalapa Anahí se metió a la casa de María y subió a las redes un video que muestra unas ruinas. Dijo que ahí estaba, sin arreglarse y despeinada. “Aquí está mi esposo el gobernador”. Un medio dio cuenta de la noticia: “Anahí devastada ante tragedia de familias”.
¿Este es el mensaje de ayuda que necesitan los familiares de las personas muertas en Chiapas y las cerca de 400 mil mil familias damnificadas?
En México existe toda una cultura de lucro político que ha evolucionado perversamente con el tiempo.
Antes consistía en captar la imagen de un presidente o de un gobernador consolando a los sobrevivientes de algún desastre y difundir las imágenes como pan caliente en la prensa, la radio y la tele.
Ahora el desenfreno del lucro político ha creado toda una industria de la promoción personal, con recursos públicos: Este año Velasco redujo el presupuesto social en 129 millones de pesos, cuando invirtió 180 millones en publicidad y propaganda en su primer informe.
Además de pena y destrucción, una tragedia casi siempre nos recuerda una de las peores caras de la política.
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Fotografía: grupoformula