Por: El evaluador. 20/05/2016
Sin lugar a dudas, Adolfo Hitler (AH) ha sido uno de los más grandes líderes sociales e históricos que han cambiado la historia de la humanidad. Para los gobiernos “demócratas” y capitalista, como los que integran el famoso grupo G8, Hitler fue un líder nefasto, al representar el fascismo, por haber ejercido un liderazgo mesiánico y autoritario, ejerciendo el poder de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta, al pueblo que gobernó.
Podemos leer en algunos textos históricos, las características del gobierno de AH, entre lo que resalta el odio marcado hacia los judíos y otros sectores sociales que según este personaje histórico, contaminaban al pueblo Alemán. En busca de un pueblo perfecto, de una raza superior, AH atropelló todo derecho humano, matando a millones de personas que se oponían a su objetivo, un nuevo orden social.
Después de siete décadas, de este pasaje obscuro en la historia de la humanidad, surge en uno de los países “más poderosos” del orbe, un neofascista capitalista (tal vez una combinación letal para la humanidad) bajo el nombre de Donald Trump (DT)
Si realizamos un minucioso ejercicio comparativo entre Adolfo Hitler y Donald Trump, seguramente encontraremos muchas similitudes. Pero a grande rasgo, se puede señalar que ambos son racistas. AH odiaba a los judíos, DT odia a los latinos, en particular a los mexicanos. AH pretendía un nuevo orden social bajo la hegemonía nazi, DT busca el nuevo orden social bajo el imperialismo económico del capitalismo, eliminando posiblemente la pobreza, acabando con los pobres y con los países tercermundista.
El problema no es que haya existido Hitler, el problema fue, que existieron miles de personas que comulgaron con sus ideas. El problema no es que exista Donald Trump, lo preocupante es, que existen millones de sus conciudadanos que tienen la misma visión de racismo y el complejo de superioridad, que no respetan ni valoran la multiculturalidad de un país, mucho menos las diferentes culturas que convergen ente planeta llamado tierra. Aunque esta forma de pensar, es parte del sistema educativo de ese país, el cual idolatra el capitalismo, anteponiendo sobre todas las cosas el aspecto financiero, relegando el aspecto humano.
Existe la gran posibilidad que el señor Trump ocupe la codiciada silla presidencial, del país considerado como una potencia económica y militar. Que llegue a tener los recursos necesarios de expandir como todo fascista, sus ideas racistas y expansionista (económicamente) al resto del mundo, provocando, tal vez, un caos mundial, una tercera guerra mundial. Por lo que Donald Trump, es un peligro potencial para la democracia, el progreso y la paz mundial la humanidad.
Fotografía: nglatest