“No importa que las leyes e instituciones estén ordenadas y sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o abolidas” (Jhon Rawls)[1]
Jorge Salazar García. 26/03/2018
Con respeto le advierto, a la frase del título le falta una coma, si usted la coloca antes del “NO”, detenga su lectura, no pierda su tiempo y ocúpese en algo más productivo. Pero si la pone después del “NO”, entonces, adelante, es probable que encuentre algo de interés en este artículo. Ya avisado, entremos en materia.
Políticamente hablando, una elección de Estado se caracteriza por 3 aspectos, 1) intromisión ilegal de los tres poderes (legislativo, Judicial, Ejecutivo) a favor del candidato de la continuidad. 2) desviación del presupuesto hacia el partido (s) que postula al elegido y 3) Utilización de los recursos humanos y materiales desde las instituciones para reforzar la campaña de aquel. La consecuencia de este abuso de poder ha sido la anulación del Art. 39 Constitucional.[2] Por esta razón, la confianza en las instituciones encargadas de organizar, vigilar, sancionar y calificar los procesos electorales (Instituto Nacional Electoral, Tribunales Electorales y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales) es casi nula. Ni qué decir del desprestigio de los funcionarios cuyo miasma de corrupción apesta a kilómetros. Por ejemplo, los consejeros y presidente del INE, al ser nombrados bajo criterios partidistas, han perdido imparcialidad objetividad y autonomía a la hora de la toma de decisiones electorales cruciales.
Ahora mismo se desatiende de uno de los operativos que, de acuerdo a una fuente interna, se está ejecutando por medio de PROSPERA, (Programa de Inclusión Social) que otorga a los pobres ayudas económicas para la educación, salud y alimentación, principalmente. Aprovechando este programa funcionario ligados al PRI y PAN contratan “promotores” por tiempo determinado (meses) y conformados en brigadas recorren todo el territorio nacional con el objetivo de afiliar a mas personas de bajos recursos. Para desplegar esta operación en el campo y los cinturones de las ciudades utilizan las estructuras territoriales del PRI-PAN y los padrones electorales locales. Cada brigada tiene la orden de afiliar a 10 mil personas a las cuales les recogen la credenciales de elector (o copia) a cambio de “apoyos” directos o futuros.
Decía Salinas: “las elecciones se ganan con tres cosas: dinero, dinero y dinero”. Por muy caro que resulte la compra de un voto, para ellos es gratis. Todo lo sacan del erario. Por eso el requisito para ser candidato es tener muuuucha plata. MEADE la tiene y la ha obtenido siendo funcionario de instituciones (CONSAR, BANRURAL, IPAB, SEDESOL y Hacienda) donde se manejan con opacidad abultados presupuestos. Esto explica su negativa para declarar sus bienes. Sin duda ha sido un eficiente engrane de la maquinaria neoliberal responsable de la reducción del gasto social y del pavoroso endeudamiento público (10 billones de pesos). Su relación con Rosario Robles (SEDESOL) va más allá de lo institucional; ambos fueron demandados ante la PGR por desvío de recursos públicos. Otra pieza que embona con este asunto de los dineros es la NO confiscación de los bienes de los gobernadores saqueadores de las arcas públicas. La cárcel y enjuiciamiento de algunos tiene sentido como una medida de castigo por no entregar la parte convenida al aparato central.
Parece ser que esta política ignominosa rebasó ya sus limites tolerables. Por doquier emergen señales de resistencia contra el fraude. El sistema de desmorona y desde su interior filtran información sobre las marranerías que hacen. Sin embargo, su poder de maniobra aún es inmenso y peligroso. Para ganar intentarán meter millones de votos con carruseles y mapachería usando credenciales duplicadas o alteradas. Si AMLO no supera a MEADE con más de 5 puntos, el INE, los tribunales, el congreso, los candidatos independientes, la tv, los empresarios y demás partidos no le reconocerán el triunfo. Incluso, si la gente sale a las calles, aplicarán la Ley de Seguridad Interior y las detenciones sin orden judicial para resguardar la “estabilidad nacional”. Para cuando esto este sucediendo, de inmediato E.U. , Inglaterra, Francia, Canadá, Alemania e Israel, felicitarán a MEADE por su “triunfo”.
Las estrategias de vigilancia y capacitación antifraude, sirven; pero no serán suficientes para revertir este nuevo golpe de Estado, al menos que se involucren masivamente los ciudadanos conscientes de que la democracia se conquista, no se mendiga. Una tarea es organizarse para denunciar antes, durante y después del 1 julio a los delincuentes electorales. Otras ideas para defender el voto ya andan circulando, tales como realizar caminatas, caravanas desde los pueblos y ciudades para concentrarse en las plazas públicas el mismo día de las votaciones, exigiendo transparencia y legalidad.
P.D. Si usted desea hacer algo, ingrese a la página: https://observacionelectoral.cuaed.unam.mx/moodle/ o llame al 01 800 SOY AMLO, a partir del 1 de abril.
[1] Rawls John; “Una Teoría de la Justicia”. Publicado por The Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge, Mass. 1971. Pág. 17.
[2] “…El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.