Por: Marco Aurelio Martínez Sánchez. 18/01/2018
Como parte de la víspera emotiva del nuevo año y la notable dosis de optimismo que gobierna la mente y el corazón, he tenido reiterados presentimientos de lo que próximamente puede experimentar el pueblo mexicano.
Presiento que por fin nos llegan buenas noticias, que el salario mínimo se incrementa gradualmente, que la clase trabajadora amplía su poder adquisitivo y mejora poco a poco su calidad de vida.
Que en el deporte nacional se privilegian los talentos locales y se prescinde de cartuchos quemados extranjeros que solo vienen a llenar sus alforjas con el mínimo esfuerzo. Por fin el beisbol nacional toma nuevos bríos con el impulso decidido desde el gobierno federal. La cruzada de fortalecimiento a los pequeños y medianos empresarios es una realidad, ahora sus productos se priorizan en los estantes de las tiendas de conveniencia y cadenas de autoservicio. Se incrementa el consumo de lo nacional. Asimismo la programación de las televisoras pasa por un cuidadoso control de la SEGOB, se han retirado del aire programas superfluos y talk shows a cambio de emisiones de promoción cultural y deportiva.
Percibo que el presidente de la república es el primero que pone el ejemplo en materia de honestidad, combate a la corrupción y congruencia; empieza a trabajar a la hora que inicia el transporte público y se traslada en vehículo sedán sin guardias ni estridencias. Recientemente ha convocado a un gran pacto federal por México para hacer una asepsia general en instituciones y dependencias públicas, esta lucha no ha sido fácil debido a las resistencias de partidos de oposición quienes se niegan a perder privilegios históricos, no obstante la clase empresarial se suma con determinación a este programa gubernamental.
Intuyo que el presidente desea emular a Mújica, el uruguayo desgarbado de cabellos desordenados pero de figura grande. El daño endémico llamado corrupción se combate de arriba para abajo, hoy los funcionarios públicos obtienen ingresos y salarios decorosos otrora ofensivos.
La prensa difunde que la responsable de la política interna aplica la ley sin excepción y con equidad; confronta con ferocidad los feminicidios y persiste en acordar mediante diálogo constructivo y respetuoso con las distintas fuerzas políticas del país aún renuentes. Aunque no ha gustado del todo la propuesta para afrontar el problema de inseguridad, las regiones más violentas del país dan visos de lenta mejoría.
Aunque el presidente Trump recrudece sus políticas migratorias particularmente hacia México, no logra que éste claudique en las acciones de apoyo y asistencia jurídica a migrantes ni mucho menos en la negativa rotunda al pago del dichoso muro.
Los maestros participan de una gran consulta nacional para la transformación verídica de la educación en el país. Sus aportaciones se integran en un volumen titulado “Ahora sí hablan los maestros”. En el documento también se rescata el reconocimiento y valor social del magisterio. Las escuelas formadoras de maestros recuperan “el monopolio de la formación docente” y se fortalecen con programas académicos y de infraestructura, asimismo se incrementa su matrícula escolar. Se robustece el apoyo para que los jóvenes no abandonen sus estudios y se crean mediante convenio con la iniciativa privada y sectores productivos mecanismos de vinculación y empleo de profesionistas en ciernes.
México no es Venezuela ni su presidente es Nicolás Maduro, es más bien un nacionalista moderado. Sus referentes históricos son Juárez, el general de Jiquilpan Lázaro Cárdenas y Madero. Conoce la geografía nacional y la historia de México como ningún otro. Eso le permite tener un diagnóstico preciso de las necesidades más apremiantes para salir del atolladero. México cabalga a paso cansino pero con rumbo hacia la justicia social. Por la persiana de mi habitación penetra el sol con suave timidez, al final del día, la luz aclara y alegra los hogares de México.
Fotografía: periodicohispano