Por: Fidel Quiñones Marín. 06/08/2017
Luego de la declaración “¿espontánea?” del líder nacional del SNTE, durante un encuentro magisterial con motivo del fin de ciclo 2016-2017, referente a que en el futuro lo que viene es que “los cargos de directores y supervisores no pueden ser sindicalizados”, las notas periodísticas me remitieron a algunas ideas del informe presentado por Mexicanos Primero, el día 3 de octubre de 2012 “Ahora es cuando: metas 2012-2024”, en el que se proponen 4 caminos para la transformación. Las generalidades pueden leerse en la imagen anexa, (y en el informe mencionado), ya que para efectos de este artículo me concentraré en aquellas particularidades que llamaron mi atención.
En el camino 1: Recuperar la rectoría del estado mexicano en educación, se puntualizó como una de las acciones principales establecer la condición de empleados de confianza para directores y supervisores escolares, y se mencionó la exigencia de un decreto para “definir la condición de empleados de confianza de las autoridades intermedias, quedando sujetas al escrutinio público inmediato y al avance en un servicio civil meritocrático”. También “…acabar con el dominio de las estructuras sindicales sobre la selección, asignación, promoción, evaluación, pagos y estímulos a los maestros que derivan del sistema de escalafón”, vislumbrando que “deberá establecerse con certeza jurídica que la plaza corresponde a cada escuela”, por tanto el docente únicamente contará con “una licencia de servicio profesional sujeta a recertificación periódica”.
En el camino 2: La profesionalización docente, se apuntó la necesidad de establecer, lo que denominaron un auténtico servicio profesional de carrera docente, basado en el mérito individual. Por si fuera poco, recomendaron “establecer un nuevo reglamento general de condiciones de trabajo que acabe con las barreras impuestas a los candidatos idóneos”, la ampliación de la jornada escolar y concluir la reforma de las escuelas Normales (preferentemente en el año 2017)
En el camino 3: Gasto transparente y eficiente, se mencionó que el financiamiento del Programa Escuelas de Calidad (PEC) constituía hasta ese momento “la mejor apuesta del sistema para desarrollar una planeación colaborativa de la gestión escolar”, señalando que deberían fijarse “los parámetros de piso y techo presupuestal a cada escuela” (para el año 2013).
En el camino 4: Autonomía y participación en las escuelas, se expuso que para consolidar la escuela como una comunidad educativa, se requiere “la transición de los directores de plantel a la categoría de confianza, revisando las implicaciones presupuestales y contractuales, de manera que la formación para esta función esté accesible a los maestros que la quieran buscar”. Así como el reconocimiento a la identidad jurídica de cada escuela, que implicaría dejar atrás el modelo vidente de Clave de Centro de Trabajo ya que ”la reduce a una agrupación de pagos contractuales para los adultos sin referencia explícita a comunidad de alumnos a la que sirve”. Por ello, el documento sugirió que con identidad jurídica “cada escuela podrá mantener el control bancario de sus cuentas, en un sistema colaborativo que ya se ha probado en el PEC; contar con la capacidad de recibir donativos directos; establecer por sí misma contratos para bienes y servicios, y —de la mayor importancia— radicar las plazas docentes que correspondan a sus necesidades”.
Para Mexicanos Primero, en el 2012 se abrió una ventana de oportunidad que no podían desperdiciar porque “los tres o cuatro años próximos son determinantes para abrir la tendencia hacia los logros que queremos”. Con esta referencia y las anteriores pretensiones, al anuncio del líder nacional del SNTE acerca del escenario que viene, puede agregarse: “No estamos bien y no viene lo mejor.
Fotografía: slideshare