Jorge Salazar García. 17/05/2018
Un cóctel es básicamente una mezcla de bebidas, alcohólicas o no. El “margarita” incluye tequila, otro licor y zumo de cítricos; se sirve en copa escarchada con sal, hielo y una rodaja de limón. Por supuesto, existen otras combinaciones: puede acompañarse con frutas dulces y de una amplia gama de bebidas fuertes, dependiendo del gusto del cliente o de la honradez del bar donde se sirva. En la alteración de los componentes alcohólicos está el gane; ya que se puede servir mezcal o aguardiente rebajados u otro licor blanco barato. El cliente, si no es buen catador, difícilmente notará la diferencia y pagará lo que le cobren, aunque le den gato por liebre. Esta añagaza nos sirve para compararla con la renuncia de Margarita Zavala a su candidatura independiente. La cual, con toda seguridad, NO fue decisión de ella ni de su alcohólico marido sino de los cantineros del sistema que preparan una mezcla especialmente explosiva con tres propósitos: embriagar al electorado, inhibir el voto y facilitar el megafraude.
Ante la ventaja creciente de AMLO, la mafia del joder está nerviosa, más no desesperada; porque se sane poseedora de recursos ilimitados para engañar, otra vez, a una buena parte de población. Para los informados, su actuar es previsible, sólo siguen un guión (plan) escrito por los ingenieros electorales, grita a los 4 vientos la preparación del mayor fraude del siglo contando con el apoyo ($$$) caciques, charros, traficantes de influencias, vividores, jueces y empresarios corruptos, expresidentes). Todos ellos unidos por el pavor de que llegue a gobernarlos un político comprometido con el gobernado.
Ya se ha hecho un rosario con la basta cantidad de marrullerías que el sistema utiliza para manipular las votaciones a su conveniencia. Las más recientes, difundidas en las redes, son la edición de boletas, padrones y credenciales de elector duplicadas y la entrega a una empresa de ¡Slim! la cyberseguridad de los comicios. Las señales de la configuración de una Elección de Estado, son abrumadoras: habrá compra de votos, acarreo, carrusel, turismo electoral, uso de los programas sociales, presiones y amenazas y corporativismo e inducción del voto a militares y fuerzas de seguridad. El panorama es desolador y muy peligroso para la estabilidad nacional. Por lo pronto, su objetivo es reducir, igualar o superar la ventaja de AMLO. Y ya lo están logrando, de acuerdo a la encuesta (IPSOS) publicada en Mayo. AMLO tiene 43%; Meade, 16%; Anaya, 24%; Margarita, 1% y el Bronco 2%; juntos han han alcanzado al puntero es menor a los porcentajes de Anaya, Meade, Bronco y Margarita Con esto, sumado a la renuncia de Margarita y próximamente la del Bronco (si se lo ordena Salinas) se está anunciando la unificación PRI-PAN.
La renuncia de Margarita la utilizarán de dos maneras, principalmente, refiriéndonos específicamente a la aparición de su nombre en las boletas ya impresas (50%); es decir, en más de 45 millones. La primer forma se dará en aquellas casillas donde logren comprar a su presidente y al representante de MORENA o, este último, no lo haya. En este caso las boletas podrían ir tachadas previamente a favor de la señora Zavala hasta darle el 1 % que supuestamente tenía. A ella no le sirven, claro está, pero serían útiles para ajustar artificialmente los resultados a favor del candidato oficial (Anaya o Meade). La segunda hipótesis se remite al cierre de la jornada y pueden cruzar, en las casas de seguridad, en los sótanos de los organismos electorales locales el nombre de Margarita en las boletas donde la gente votó por AMLO, anulándolas. Estas maneras combinadas configuran un cóctel eficiente que puede duplicar ese 1 % de sufragios escamoteados al puntero. Ahora hagamos otras cuentecitas; calculando, optimistamente, que salga a votar el 65% de los electores (60.45 millones), ese 2% de sufragios cruzando el nombre de la señora Zavala, representa 1.2 millones de sufragios. Si a esta cantidad le aumentamos el 2 % del Bronco (renuncie o no) resultan 2.4 millones de votos que darían credibilidad a los resultados apócrifos del INE. Naturalmente, la perversidad del Sistema va más allá. También tienen la capacidad para invalidar más votos cruzando el emblema del PT y/o Encuentro Social, en aquellas donde se eligió el de MORENA.
Sin duda, después del segundo debate, se reforzarán los acercamientos Meade-Anaya (a pasar de haberse calificado de cínico e hipócrita uno al otro) para mantener secuestrado al Poder. El proceso ya está en macha como lo muestra la encuesta de IPSOS. En esta es alcanzo por las suma de los tres mosqueteros del Rey. Mas adelante, el peje será superado por la suma de los porcentajes de los contendientes oficiales.
A pesar de que todo esta celada se sabe como cierta y eminente, la ciudadanía libre, en lugar de organizarse para evitar la perpetuación de la ignominia; por temor, ignorancia o indiferencia, prefiere dejar eso en manos de los partidos: “Todos son iguales” asumen. Por supuesto, hay mucho de verdad en esa premisa, pero de no ganar la oposición en esta ocasión, México caerá en una espiral de mayor saqueo, violencia y desnacionalización, sin remedio por la vía pacífica.