Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. 21/03/2018
Hace apenas unos días, saludamos el giro estratégico de AMLO en la reforma educativa (Las promesas de AMLO). Lo reconocimos y problematizamos. Hicimos preguntas, advertimos dificultades e imprecisiones, necesarias para no irse con la finta. Dijimos, también, que era una vía posible, dependiendo de la configuración de las fuerzas que apoyen su candidatura primero, y demanden su cumplimiento después. Lo hicimos como parte de un trabajo crítico que se propone analizar y desmontar las propuestas políticas; pero también para atajar las tentaciones ingenuas de cualquier retórica.
Hoy, por desgracia, se van acumulando noticias desalentadoras. Se va prefigurando lo que podríamos llamar la ruta conservadora de la reforma a la reforma educativa. Disculpen la cacofonía; así como suena, es.
Vamos a enumerarlas solamente, porque hemos escrito un artículo para cada una de ellas. Hoy trataremos de articularlas y proponer una explicación sobre su significado y repercusión política y pedagógica.
La primera viene desde la designación de Esteban Moctezuma en el gabinete del gobierno alternativo (Esteban Moctezuma, educador televisivo…). Destacamos no sólo su trayectoria priísta, sino su participación en El cártel de la reforma educativa. Además de sus declaraciones sobre la revisión de la reforma: “cambiar lo que no funciona, dejar lo demás”.
La segunda es la recuperación por parte de AMLO del canon crítico de la reforma –o sea, el de los críticos de La Jornada, la CNTE, el COLMEX, el ISUE y algunos más-, según el cual la reforma es laboral, dizque educativa, la evaluación es punitiva y se está muriendo (La reforma educativa: infección sistémica).
La tercera es la posición en la coordinación de campaña de AMLO sobre la diferencia entre los componentes educativos y los laborales de la reforma ( El regreso de Ebrard; denuncia contra Corral, el caso C. Duarte y la caravana ). Se entiende, si la evaluación es punitiva, entonces, habría que modificar lo laboral y dejar lo educativo inalterado o para después.
La cuarta es la narrativa de algunos morenistas sobre la “traición” de la Ley del Servicio Profesional Docente a la reforma constitucional; sobre todo en la llamada “evaluación punitiva” y el control político-laboral del magisterio. Mario Delgado Carrillo, el artífice desencantado construyó hace tiempo esa explicación.
La quinta es la referencia de otros precandidatos a las dificultades de la reforma educativa. Meade, del PRI- PVEM-PANAL, se comprometió “capacitar e incrementar el salario de todos los maestros” (Meade se compromete a subir salarios a maestros). Anaya, el otro candidato del Pacto por México, dice que la reforma no está bien implementada, que no hay presupuesto para capacitar y que la evaluación es punitiva ” (Anaya revisará reforma educativa en caso de ganar).
La sexta es la firma del Acuerdo para la transformación de la educación en México y la defensa de los derechos plenos de los maestros, con las Redes Sociales Progresistas, el brazo político-electoral de los charros del antiguo régimen, de Rafael Ochoa Guzmán, en el que AMLO se compromete a una nueva Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD) y acabar con la “evaluación punitiva”, entre otras cosas que hemos analizado en Los acuerdos de Zacatecas .
La séptima es el aplauso de Mexicanos Primero a la corrección de AMLO sobre la reforma educativa ; específicamente sobre presentar un proyecto de reforma a la LSPD que elimine la evaluación punitiva.
La octava es el reconocimiento de la fractura en bloque de poder que realizó y sostiene la reforma educativa. Luis Hernández Navarro lo ha dicho muy claro: …”el supuesto consenso existente en torno a la reforma educativa se esfumó en el aire” (Maestros, reforma educativa y elecciones). Dejemos de lado la particular forma enunciativa de un supuesto consenso que se esfuma en el aire, lo cierto es que por primera vez desde diferentes ángulos se reconoce que la reforma educativa necesita reformarse. Algo muy distinto a lo que los críticos oficiales quieren ver, con eso de que está muerta o rumbo al entierro (Sepulcro y alternativa a la reforma). ¡Y en eso radica toda la diferencia! Es obvio: si algo está muerto, entonces se entierra, no se reforma; pero en fin, son los típicos problemas de las metáforas espurias. ¡A menos que se esté comprometido con hacer pasar una reforma conservadora como la muerte de la reforma educativa!
En síntesis: durante las campañas electorales se ha configurado una corriente político-conceptual, en la que participan diversas fuerzas con fuerza distinta, que reconoce las dificultades e insatisfacciones en el magisterio provocadas por la reforma educativa y se comprometen a reformarla con una nueva Ley del Servicio Profesional Docente. Es lo que ha firmado AMLO con las Redes Sociales Progresistas, los charros del antiguo régimen; es lo que aplaude Mexicanos Primero; lo que Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier y otros de la Coalición “Juntos haremos historia”, expresaron como los componentes laborales y no educativos de la reforma.
Pues bien, a todo eso le llamamos la ruta conservadora de la reforma de la reforma educativa. ¿Por qué?
Lo explicaremos de manera breve.
- Reformar no es lo mismo que cancelar; tampoco que abrogar, ni siquiera que derogar algún artículo constitucional. Esto significa que quedarán abiertos todos los caminos para las controversias, los amparos y demás (La reforma educativa no depende de quien gane…).
- Suponiendo, sin conceder, que se elabore una nueva LSPD –faltaría ver qué dice y cómo se elimina la mal llamada evaluación punitiva-, ¿qué pasaría con todos los demás componentes de la reforma: qué con la autonomía de gestión, qué con los Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (CIEN), qué con la recentralización de la nómina, qué con las nuevas formas de asignación presupuestal, qué con la Normalidad Mínima, qué con las Escuelas al Centro, qué con el nuevo modelo educativo, qué con los cursos de actualización al magisterio, qué con la ampliación y subjetivación del mercado educativo, qué con las nuevas formas de financiamiento familiar a la escuela, qué con la participación social?
- Los críticos, los políticos, MP, los charros del antiguo régimen están construyendo una alternativa conservadora a la reforma educativa. Lo hicieron al distinguir lo laboral de todo lo demás; ese ha sido su gran error estratégico, pero no es un problema de intelección, es un problema político porque al reducir la reforma a un supuesto elemento laboral solamente, dejan sin tocar todos los demás programas, que se encuentran inextricablemente ligados con la evaluación y con la calidad educativa como criterio central de la reforma
- Si no se considera la reforma en su complejidad, ¿los ahora reformadores dejarán el concepto constitucional de calidad como máximo logro de aprendizaje? Recodemos, fue una de las propuestas de la Coalición Ciudadana recogida por el senador Mario Delgado y los panistas.
- ¿Y la autonomía de gestión, que ha dado pie a programas de exacción presupuestal como los CIEN y a corruptelas como las Escuelas al CIEN?
- ¿Y el Nuevo Modelo Educativo, no se reformará, porque no está en la LSPD, y es uno de los elementos si educativos de la reforma, que un famoso didáctico reconoció como “de avanzada” en algunas partes? ¿Han estudiado los políticos y los críticos la articulación de la autonomía de gestión, la autonomía curricular con las escuelas al Centro y los CIEN? ¿Creen que el eje de la reforma “aprender para aprender”, tiene el mismo significado que en las reformas emancipadoras? Nos tememos que no; pero como no bajan al análisis procesual y detallado de la reforma, se quedan con las clasificaciones de lo educativo y lo laboral.
- ¿Creen ustedes que la aceptación de Mexicanos Primero, de los charros del antiguo régimen a la reforma de la LSPD es un reconocimiento ético-político de las repercusiones nefastas de la reforma educativa; o un modo de relanzar estratégicamente sus apuestas, aún con un gobierno alternativo?
- Ese es el juego en el que están cayendo AMLO y “Juntos haremos historia”. Se los están llevando al baile los críticos, las Redes Sociales Progresistas, MP y Esteban Moctezuma como parte del cártel de la reforma educativa.
- Como dicen: si no lo sabían, Si lo sabían: peor aún.
- De ser así, hay que estar preparadxs: la lucha sigue…
Fotografía: sdp