Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 11/07/2016
Los valores éticos y morales son el conjunto de normas y costumbres preestablecidas dentro de una sociedad, los cuales nos dan a conocer y enseñan a discernir entre lo que es bueno y todo aquello que en nuestra sociedad catalogamos como malo, todo esto dentro del marco de la cultura a la cual pertenecemos y dentro de esta cultura un papel fundamental es la que juega la religión o secta religiosa a la cual pertenezcamos, recayendo esta tarea principalmente en las personas mayores, siendo los abuelos y luego los padres los encargados de inculcar los valores a los más pequeños de la familia y posteriormente en edad escolar, son los maestros los encargados de continuar reforzando estos valores o principios morales.
No es el maestro el encargado de introducir los valores, pues esta tarea les corresponde a los padres y abuelos principalmente.
¿Pero realmente qué está sucediendo en nuestro mundo? Existe una descomposición social, los padres ya no están cumpliendo con las tareas que como tales les corresponde, actualmente es más fácil y sencillo argumentar que el trabajo es primero, los padres tienen que jerarquizar sus actividades, dejando en segundo plano la educación de sus hijos, pues se está priorizando el trabajo remunerado, pues por medio de éste, es como se puede llevar los sagrados alimentos a la mesa del hogar.
Y tienen toda la razón, pues lo principal es comer y la vestimenta pasa a segundo término, dejando la educación de los hijos a un plano más inferior aún. Hasta hace algunas décadas los hijos se quedaban al cuidado de las madres y ellas fueron durante muchísimos años quienes nos educaron y cuando no cumplíamos con alguno de los valores inculcados, recibimos unos buenos cinturonazos, chanclazos o con lo que a la mano tuvieran nuestras madres. De esa manera aprendimos valores como la honradez, trabajo, respeto, tolerancia, entre muchos otros más.
Así nos fueron formando, con una disciplina férrea, hasta que llegamos a la adolescencia y durante esta etapa empezamos a comprender muchas cosas más.
Pero la mala organización del gobierno, llevó a nuestro pueblo a otras dimensiones, el político malora, ese que a diario vemos en los noticiarios que se viste con piel de oveja, empezó a realizar robos descarados y empezaron a legislar a favor de los más ricos, relegando a la clase trabajadora a situaciones económicas paupérrimas, la inflación empezó a comerse los dineros, el obrero dejó de llevar lo indispensable al hogar, al campesino dejó de lloverle en su milpa y estas se convirtieron en chilares, el empleado de oficina dejó de ganar lo acostumbrado, el ahorro escolar de los niños se esfumó y esta práctica quedó en la historia, teniendo la forzosa necesidad las mujeres de “tomar el fusil e irse a la guerra” para ayudar a su hombre con los gastos de la familia.
Aquí se puso de manifiesto la igualdad entre el hombre y la mujer, y fue por una necesidad básica (alimentar a sus vástagos). Y es bajo estas circunstancias cuando esos valores que a punta de chingadazos aprendimos, empezaron a dejar de inculcarse en las nuevas generaciones, y esas nuevas generaciones en la actualidad son jefes de nuevos hogares, y estoy completamente seguro que si a estos padres de familia les preguntamos cuales son los valores y en qué consisten cada uno de ellos, no van a saber que contestar. ¿Motivo? pues no se les inculcaron a ellos y solo supieron de su existencia cuando fueron a la escuela y sus maestros les hicieron mención de éstos durante las clases de educación cívica, ¡un maestro no puede reforzar lo que no existe!
Siempre se ha tenido la idea de que los encargados de inculcar valores son los padres de los niños. Pero si este tipo de educación no se está generando dentro del hogar, el estado se está tomando la libertad de ser él quien trate de imponer las reglas del juego de la sociedad, aquí existe otro problema y es muy grave, el estado no va a ver a que etnia pertenece cada individuo, mucho menos si tiene alguna religión, pues de manera general quiere imponer las mismas reglas para todo el territorio nacional, dejando a un lado los usos y costumbres de cada región en particular, de nuestra República Mexicana.
Permitir que el estado mantenga el control de aquello que no le corresponde, está llevando a la humanidad hacia un camino de autodestrucción. La raza humana tiene que luchar para sobrevivir a los embates de gentes sin escrúpulos que solo desean continuar enriqueciéndose y llevar una vida toda llena de lujos sin pensar en el futuro de la humanidad, por ese motivo vemos atrocidades a diario y la gente pensante cada día es menos, y es precisamente la gente que protesta porque sabe que el gobierno está actuando con dolo.
Y una de las últimas reformas que quieren hacer, es educar sexualmente a las nuevas generaciones de acuerdo al pensamiento de personas que probablemente está sufriendo problemas de tipo sexual. Esos trastornados sexualmente quieren imponer sus ideologías sin importarles las culturas de nuestro pueblo. El gobierno quiere sembrar nuevos valores que van contra natura, ya empezó a arar el terreno y en la televisión desde hace un buen tiempo existen programas con un alto contenido sexual que va en contra de la idiosincrasia de nuestro pueblo.
Nos corresponde a los mayores poner un alto a esta situación, vigilar los programas que ven nuestros infantes y rescatar los valores que es la parte medular para que nuestras raíces no se pierdan y poder marcar el rumbo correcto a la humanidad.
¡Reflexionemos, mientras llega el próximo café!
Fotografía: luismiguelvaldes