Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 16/04/2016
En la actualidad nuestras sociedades están siendo testigos de las atrocidades más aberrantes que pueda concebir la mente humana, cada día vemos o nos enteramos con cierta indiferencia la forma de actuar de las bandas delincuenciales, pues ya es raro ver al malhechor solitario, y han adoptado “las técnicas” que usan los animales salvajes para granjearse el diario sustento, pero los animales es por su naturaleza que actúan de esa manera y lo hacen en manada porque a través de los años se han percatado que al trabajar en colectividad existe mayor probabilidad de obtener éxito.
Esto está permitido para que exista un balance en los diferentes ecosistemas del planeta, así de esta manera vemos a los felinos del África matar a grandes animales para su supervivencia, lo mismo que a lobos americanos derribar alces que por mucho superan su peso, pues al trabajar en equipo todo se vuelve más sencillo. Lo mismo han hecho los delincuentes, que para poder obtener grandes botines, se organizan con sus similares para cometer extremados atracos a sus semejantes, y aquí la gran diferencia, los leones se organizan en manadas para atacar a los de otra especie, y las peleas entre ellos es para defender su coto de caza, los humanos atracan a humanos y cada vez cometen delitos que van hasta lo inimaginable.
Se han deteriorado tanto los valores éticos, que en la actualidad hablar de moral y buenas costumbres en la escuela, tal pareciera que fuera una materia desconocida para los niños, como lo es quizá geografía o hablarles de física cuántica en secundaria.
Actualmente vemos cómo algunas autoridades buscan la manera de someter a tanta delincuencia, pero ésta se encuentra tan bien organizada, que desde hace mucho encontró el modo de permear a cualquier sistema político que trate de abatirlos y desde el seno del gobierno siguen corrompiendo a más ciudadanos, haciéndose más fuertes cada día.
Así, de esta forma se siguen gastando millones y millones de pesos en salarios, patrullas, cámaras de vigilancia, en la contratación de más personal, armamento, capacitación de policías, y una lista interminable que al final de cuentas seguimos pagando todos los contribuyentes y los beneficiados son quienes se encargan de hacer estas compras, pues está visto que inflan los costos, convirtiéndose en un cuento de nunca acabar, porque la delincuencia todo esto lo toma como un reto y ellos consiguen dinero mediante múltiples delitos y capacitan a sus secuaces inclusive en el extranjero con armamento y tecnologías de punta, estando siempre a la vanguardia, riéndose del gobierno anquilosado que ahora sólo busca la manera de enriquecerse con los impuestos que a diario estamos pagando.
La autoridad sabe bien lo que hace, por ese motivo no pone el énfasis necesario donde debe, porque esta situación la explotará hasta el final de los últimos días. Desde un principio sabemos que todo esto es cuestión de valores, valores que se obtienen en el hogar y se van reforzando en la escuela, aquí es donde se encuentra la parte medular en la solución de esta problemática, pero invertir en educación, para el gobierno es algo que no les redituará ganancias económicas ni votos para los políticos, sería quitarle la venda al pueblo que están lapidando, darle una “Educación de Calidad” como tanto lo pregonan los políticos de alto vuelo sería ponerse la soga al cuello, y todas las peroratas hipócritas-demagógicas sólo son los medios falaces que usan a discreción para mantener dopado a un pueblo carente ya de valores.
Esta ha sido la trayectoria que desde hace varios sexenios recorren los políticos mexicanos, vapuleadores del pueblo, un pueblo que cada día lo sumergen más y más en la ignorancia como método para poder continuar sobajando a las clases más necesitadas, aprovechándose de las necesidades más primordiales para mantener su coto de latrocinio. Los políticos saben que si dan una buena educación, se lograría mayores oportunidades de trabajo, una mejor calidad de vida para millones de mexicanos y en realidad se empezaría a abatir la pobreza que cada censo aumenta considerablemente, pero esto sólo son sueños guajiros y tendremos que seguir cuidándonos de robos, secuestros violaciones, abigeo, narcotráfico, crímenes, impuestos leyes retrogradas, reestructuraciones constitucionales y todas esas reformas implementadas que cada día vemos como nos van hundiendo más y más, sin saber de quién cuidarnos, si de los delincuentes que andan en la calle y a salto de mata o los que se encuentran vestidos opulentamente detrás de un escritorio, pues ambos son extremadamente peligrosos.
Nos leemos en el próximo café.
Fotografía: chiapassincensura