Por: Heriberto Antonio García. UV/UVM/CECDMO. 18/05/2016
A menos de un mes para decidir la gubernatura del Estado de Veracruz, la opinión pública es cada vez más árida y reduccionista respecto al perfil del futuro gobernador, sin embargo, el indicador más visible de percibir de algunos candidatos, además de la capacidad política y la experiencia como funcionario público es la trayectoria académica. Tal indicador, en la vida política frecuentemente se encuentra teñido como un aspecto segundario, sin mayor relevancia, al grado de ceñirse en el análisis político únicamente como un requisito; claro ejemplo, fue Enrique Peña Nieto como candidato a la presidencia en el 2011, cuando olvidó y confundió 3 libros que marcaron su vida, esto durante la Feria del Libro de Guadalajara. Su falta de lectura y conocimiento delató una crisis política de su imagen en un contexto ajeno al acostumbrado.
En el actual escenario electoral de Veracruz llama la atención el perfil de Cuitláhuac García, ingeniero y profesor de la Universidad Veracruzana, así como docente de educación media superior. Su virtual triunfo el año pasado como Diputado Federal por el distrito X de Xalapa, no fue causalidad, su silenciosa campaña en la capital veracruzana influyó que el votante dimitiera de los políticos de siempre; fenómeno que no se disipaba en años atrás, cuando el PRI arrasaba y se mantenía. Hoy el panorama electoral para Cuitláhuac es quizá benévolo, aunque las casas encuestadoras como Berumen y el Financiero lo ubiquen abajo, su crecimiento es notable y discreto, probablemente se deba a la crisis política que atraviesa el PRI, representada por la actual administración duartista y el déficit económico que pasa el Estado.
Cuitláhuac García o mejor conocido como “Cuit”, es un personaje que sin ser mediático, ni necesidad de atavíos, se perfila en la elección para gobernador como la alternancia que busca dar sorpresa, tal como lo hizo el año pasado en la elección de diputado federal. Su fortaleza es caminar sin tregua, casa por casa para dar a conocer las propuestas de campaña y escuchar el sentir de la gente. Su perfil como académico, no lo excepta de hacer política. Tampoco la política omite su vocación como académico, simplemente son sus bases para dirimir en la praxis, los problemas fundamentales que afligen a la sociedad veracruzana como la inseguridad, corrupción, educación, salud y otras más.
En la historia política de México existen casos que revelan donde lo académico no es extraño a la política; Heberto Castillo es una muestra, él fue un militante de izquierda, reconocido por su labor en el movimiento estudiantil del 68, fundó el partido comunista y luchó por la defensa de la clase trabajadora como diputado federal. También, fue profesor de la escuela de ingeniero de la UNAM y académico de IPN, así como autor y coautor de diversos libros sobre temáticas de educación y política. Todo esto, manifiesta a priori que ser académico reduce en términos de posibilidad de ser un mal o peor gobernante y/o gobierno.
Independiente de la ventaja política que se logre obtener rumbo al 2018, Veracruz se encuentra es una etapa emergente que conduce indirectamente al ciudadano, a ser cada vez más escéptico respecto de los partidos políticos, y desde luego, descarta sin previo análisis las propuestas entre las que destaca Cuitláhuac García Jiménez. El voto informado tiene precisamente el objetivo de ampliar este panorama, dando a saber de otras perspectivas políticas nuevas y no cerrarse repetitivamente a los mismos candidatos de costumbre. No juzgues por lo que vez sino por lo que piensas.
Fotografía: veracruzanos.info