Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. ECO’s Rock. 20 de octubre de 2018
Queridos amigos que me honran dedicando una parte de su tiempo a la lectura de este espacio, así a todo lo que ECO’s Rock les ofrece en torno al arte, en esta ocasión vamos a tener el gusto de charlar acerca de uno de los personajes que por sus características ha sido considerado por muchos críticos (seguramente habrá otros que opinen lo contrario, pero eso es parte de…) como el compositor más importante en la historia del jazz, quien además reunió a lo largo de su existencia otras características dentro de las que se destaca el haber sido un gran pianista, un líder de la banda que formó y que mantuvo unida (obviamente con cambios en su alineación) durante casi 50 años.
En cuanto a esa banda, este gran músico procuró no figurar únicamente como su líder, aunque en sus composiciones o álbumes en solitario, definitivamente también destacó, sino que muchas de sus melodías fueron compuestas ex profeso para que alguno de sus músicos destacara.
En el aspecto de composición jazzística, este gran músico también escribió partituras de películas y musicales, inclusive, varias de sus obras instrumentales fueron adaptadas en canciones que se convirtieron en referentes musicales.
Además de sus miles de giras mundiales a lo largo de su vida, sucede que su producción fue tan vasta que luego de más de 44 años de haber partido de este mundo terrenal, hacia ese mundo espiritual en el que se encuentran grandes músicos, a la fecha todavía se encuentran grabaciones inéditas de él o bien remasterizaciones que son de este año 2018, algunas de las cuales puedes escuchar fácilmente en Spotify.
No quiero pasar desapercibido que este talentoso músico, también está considerado como uno de los precursores del jazz, pero encuentro en este investigación que si bien es cierto que su música ya conocida mundialmente data del lejano año de 1927, resulta que él tuvo influencia de jazzistas que quizá no conocemos como debiera ser, pero ya existían mucho antes de que alguno de nosotros naciera, así que esta columna y este proyecto de ECO’s Rock, tiene material por descubrir que en su momento será muy interesante y ¿por qué no? hasta apasionante.
No sé si ya adivinaste de quién te estoy hablando, si no te diré que te he hecho una introducción de Edward Kennedy Ellington a quien artísticamente conoces como Duke Ellington.
El Duke nació el 29 de abril de 1899, en Washington D. C. y lamentablemente falleció el 24 de mayo de 1974, en Nueva York, Estados Unidos, víctima de cáncer pulmonar.
Sus padres fueron James Edward Ellington y Daisy (Kennedy) Ellington, ambos pianistas, doña Margarita tocaba principalmente canciones de salón y don Jaime prefería las arias operísticas.
La familia vivía con los abuelos maternos del Duke en el 2129 de Ida Place (ahora World Place), NY, en el barrio extremo oeste de Washington D. C.
Lamentablemente la página oficial de Duke Ellington es muy parca en sus datos biográficos, así que no pude corroborar plenamente lo siguiente:
A diferencia de muchos músicos de jazz, que como por ejemplo Ray Charles, provienen de cunas humildes, la infancia de Duke Ellington, fue cómoda, ya que su padre, además de lo de su gusto y afición musical, era mayordomo de la Casa Blanca, por lo que estuvo en contacto con algunos políticos importantes de Estados Unidos, entre ellos el presidente Teddy Roosevelt quien en ocasiones “…venía en su caballo, se paraba y nos miraba jugar…”, según declaro el Duque en una entrevista.
A la edad de siete años, Ellington comenzó a tomar lecciones de piano con una maestra de nombre Marietta Clinkscales, pero además su madre, Daisy, lo rodeó de gente que le enseñó modales del bien vivir , lo cual lo convirtió en un chico distinguido, de tal suerte en que sus amigos al notar esa diferencia o ese distintivo, tanto en su gracia natural como en su elegancia en el vestir, lo apodaron “el Duque” (the Duke). En el momento en que a Edward “le cae el veinte” en su personalidad como Duque, llegó a declarar antes sus amigos, en ese entonces niños: “…Soy un grande y noble duque, y la gente acudirá a mi…”.
Aunque se dice que en ese momento de su vida, Ellington estaba más interesado en el beisbol que en la música, de tal suerte que su primer trabajo fue vendiendo cacahuates en los partidos de los Senadores de Washington, equipo inexistente actualmente. No obstante esa vida cómoda le permitió a mi tocayo Edward, recibir lecciones de piano
James Edward Ellington, por lo tanto creció en un entorno cómodo y ya en su adolescencia comenzó a escribir música.
Para el año de 1917, cuando tenía 18 años de edad, abandona completamente la escuela para dedicarse de lleno a su pasión, la música, justamente tres meses antes de graduarse de arte comercial en la Armstrong Manual Training School.
Cuatro años antes, es decir, cuando tenía 14 años de edad el Duque entraba subrepticiamente a una sala de billar en donde escuchaba a pianistas como: Doc Perry, Lester Dishman, Louis Brown, Turner Layton, Gertie Wells, Clarence Bowser, Sticky Mack, Blind Johnny, Cliff Jackson, Claude Hopkins, Phil Wurd, Caroline Thornton, Luckey Roberts, Eubie Blake, Joe Rochester, y Harvey Brooks, quienes acrecentaron su amor hacia el piano. Pero, un buen día se fue de vacaciones con su madre a Atlantic City, en donde conoció al maestro de música Henry Lee Grant, de la Dunbar High School, quien le dio lecciones privadas de armonía. Regresó a Washington donde el líder de banda Oliver “Doc” Perry, le enseño a leer partituras y mejorar su técnica. También fue inspirado por sus primeros encuentros con los pianistas de stride (estilo de piano de jazz que se desarrolló en 1920) James P. Johnson y Luckey Roberts.
Sus pininos musicales se iniciaron tocando en cafés y clubes en Washington D. C.
Otro buen día, pero ya en el año de 1919, conoce al baterista Sonny Greer, con quien entabla amistad y Sonny lo impulsa a que Edward ya entre de lleno como músico profesional.
En ese momento, Duke Ellington comienza a formar parte de algunas bandas que no se dedicaban propiamente al jazz, sino al ragtime.
Luego de un breve tránsito por varias bandas musicales, el Duque forma ya su banda propiamente dicha, la cual bautiza como Duke Ellington and his Kentucky Club Orchestra la cual llegó a tener diez ejecutantes, quienes desarrollaron un sonido propio basado en las composiciones y arreglos de Ellington, pero mezclada con ritmos callejeros del Harlem, exóticos wah-wahs del trombón, trompetas chillonas pero sensuales endulzadas con saxofones.
Posteriormente, en septiembre de 1927, surge un acontecimiento que se considera fue el que lanzó al estrellato al Duque y esto surgió de manera un tanto cuanto fortuita. Existía un lugar que se llamaba “The Harlem Cotton Club” en donde King Oliver rechazó un contrato, así que Ellington no se dio ese lujo, pero Edward tuvo que completar su banda a 11 miembros para satisfacer los requisitos de audición de la administración del Cotton Club.
El contrato se inició con una actuación semanal la cual tuvo mucho éxito, curiosamente la clientela era blanca y adinerada y abarrotaba el sitio. El show de Ellington comprendía música mezclada con comedia, números de danza, vaudeville, burlesque y hasta alcohol ilegal. Ya para el 4 de diciembre de 1927, la fama del Duque se incrementó pues los shows del Cotton Club también se transmitían por radio. En ese lugar, Ellington crea lo que se llamó Jungle Music o música de la selva, se identificaba así porque gracias al uso intensivo de ciertos recursos instrumentales, especialmente de las sordinas para trompeta y trombón (wah wah y growl) y efectos de percusión tales como los tom toms o el gong, generaban un ambiente de sonidos y gritos supuestamente identificados con la selva tropical.
La relación de Ellington con el The Cotton Club terminó en febrero de 1931, cuando comenzó junto con su banda una gira que, según se dice, no terminó hasta su fallecimiento 43 años después, es decir, en el año de 1974.
Aunque la gran mayoría de los conocedores catalogan la música de Ellington dentro del jazz, al decir de su página oficial, él la concebía de otra manera: “…Duke Ellington llamó a su música “American Music” en lugar de jazz, y le gustaba describir a aquellos que le impresionaban como más allá de toda categoría. Sigue tanto una de las figuras más influyentes del jazz, como de toda la música estadounidense, y es considerado como uno de los personajes afroamericanos más conocidos del siglo XX. Como compositor y como líder de banda, la reputación de Ellington ha aumentado desde su muerte, con los cambios temáticos de su música de autor que a menudo se han convertido en best-sellers…”.
Poner la discografía de Ellington en esta acotación abarcaría muchísimo espacio, así que tan solo permíteme que te diga que a lo largo de su carrera y hasta hoy, se calcula que llegó a componer más de 3000 melodías (según su página oficial) y en cuanto a discos, es muy difícil llevar una contabilidad exacta, puesto que es de los músicos que comenzaron a grabar discos de 78 rpm; al igual que otros músicos fecundos del jazz, hubo años en los que el Duque llegó a grabar hasta 7 discos en un año, por ejemplo en 1938 y en 1943. Si tienes o sabes de alguien que posea uno de esos discos de 78 rpm, puedes palpar en tus manos una verdadera joya.
Otro dato, no solo interesante, sino también impresionante y que te voy a poner textualmente de su página oficial de internet es el siguiente: “…en sus cincuenta años de carrera, ha realizado más de 20 000 actuaciones en Europa, América Latina, Oriente Medio y Asia…” así que lo que te puse líneas arriba en el sentido de que a partir de su salida del Cotton Club, el Duque estuvo permanentemente de gira, hasta prácticamente su muerte, es prácticamente, literal.
Dentro de esas más de 3000 melodías hay algunas que son muy conocidas, pero también existen otras que están consideradas como obras artísticas verdaderamente complejas.
De las archi conocidas, podemos destacar, entre muchas otras a: “Sophisticated Lady” (te la pongo con la gran Ella Fitzgerald):
“In a Sentimental Mood”, “Don’t Get Around Much Anymore”, “It Don’t Mean a Thing If It Ain’t Got That Swing”.
Pero ya sea con las “sencillas” o las “complejas”, la contribución de Ellington al arte y a la cultura musical del mundo es enorme, existen también varias óperas, un par de ballets y más de diez shows musicales.
Dentro de las obras complejas, te pongo a “The New Orleans Suite”:
Y aquí déjame que te comparta otro dato asombroso del Duque, varias de sus obras “complejas” no se pueden reproducir tal y como fueron concebidas, ya que ni Ellington ni su personal se tomaban la molestia de preservar las partituras, principalmente porque las habían memorizado y porque al prolífico compositor le importaba más escribir nuevas piezas que documentar las anteriores, así que para que exista una partitura de algunas de ellas, debe haber una labor titánica que consiste en transcribir nota por nota a partir de una grabación, lo cual es absolutamente muy difícil.
Bien, pasemos a enfatizar acerca de uno de los álbumes de Duke Ellington que yo poseo.
Se trata del álbum doble que se llama “The Great Paris Concert”, un LP doble que fue publicado ya en el formato de 33 rpm, en el año de 1973, año en el que como bien deduces pertenece a la gloriosa década de los 70’s en donde la música del rock, tuvo grandes manifestaciones, en ese año en particular surgen álbumes de rock de la talla de: 1.-The Dark Side of the Moon de Pink Floyd; 2.- Houses of the Holy de Led Zeppelin; 3.-Quadrophenia de The Who; 4.- Goodbye Yellow Brick Road de Elton John; 5.- Band on the Run de Paul McCartney & Wings y 6.-Aladdin Sane de David Bowie, tan solo por mencionarte algunos, pero obviamente hay otros álbumes importantes que surgieron ese año.
Pues bien, en ese contexto rockero, surge este álbum doble de Duke Ellington, el cual te pongo a continuación para que lo disfrutes:
¿Quieres otro dato del contexto de este álbum? Con gusto, se produjo, en parte, como resultado de la firma de Ellington con el sello Reprise de Frank Sinatra en noviembre de 1962, por el término de su contrato exclusivo con Columbia, por cierto que hablando de este dúo, te recomiendo que escuches el álbum “Francis A. & Edward K.”, un estupendo disco en el que la voz de “La Voz” y el piano de “El Duque” unen sus talentos para obsequiarte un gran disco.
A lo largo de 118’34” Duke Ellington y su orquesta te llevan por un viaje fundamentalmente de jazz, distribuidos de la siguiente manera:
Disco 1:
Lado A:
Kinda Dukish – 1:52
Rockin’ in Rhythm (Harry Carney, Ellington, Irving Mills) – 3:47
On the Sunny Side of the Street (Dorothy Fields, Jimmy McHugh) – 2:58
The Star-Crossed Lovers (Ellington, Billy Strayhorn) – 4:18
All of Me (Gerald Marks, Seymour Simons) – 2:35
Theme from the Asphalt Jungle – 4:08
Lado B:
Concerto for Cootie – 2:31
Tutti for Cootie (Ellington, Jimmy Hamilton) – 2:31
Suite Thursday: Misfit Blues (Ellington, Strayhorn) – 3:39
Suite Thursday: Schwiphti (Ellington, Strayhorn) – 2:50
Suite Thursday: Zweet Zurzday (Ellington, Strayhorn) – 3:55
Suite Thursday: Lay-By (Ellington, Strayhorn) – 6:25
Disco 2:
Lado A:
Perdido (Ervin Drake, H.J. Lengsfelder, Juan Tizol) – 5:22
The Eighth Veil (Ellington, Strayhorn) – 2:33
Rose of the Rio Grande (Ross Gorman, Edgar Leslie, Harry Warren) – 2:41
Cop Out – 6:58
Bula – 4:42
Lado B:
Jam With Sam – 3:51
Happy Go Lucky Local – 3:25
Tone Parallel to Harlem – 14:05
Los músicos que acompañan a Duke Ellington y su piano son los siguientes: Cat Anderson – trompeta; Lawrence Brown – trombón; Roy Burrowes – trompeta; Harry Carney – clarinete, saxofón; Chuck Connors – trombón; Buster Cooper – trombón; Paul Gonsalves – saxofón; Milt Grayson – voz; Jimmy Hamilton – clarinete, saxofón; Johnny Hodges – saxofón; Ray Nance – violín, corneta; Russell Procope – clarinete, saxofón; Ernie Shephard – bajo; Cootie Williams – trompeta y Sam Woodyard – batería.
Fue grabado durante una serie de conciertos que tuvieron lugar en París, en febrero de 1963, de los cuales 6 números de las tres fechas de París fueron editados y lanzados inicialmente por Reprise como parte de los Greatest Hits de Duke Ellington. Es evidente que París fue una ciudad que le gustó mucho al Duque en donde no solo dio muchos conciertos, sino que también convivió con grandes artistas como por ejemplo Dalí con quien festejó un cumpleaños suyo.
Cambiando de tema, pero siguiendo hablando de Edward K., te diré que a lo largo de su vida fue multi premiado y multi reconocido, por lo que también es imposible enumerar todas esas preseas, basta y sobra con que te diga que hay desde memoriales en su honor en ciudades como Nueva York, Washington D. C. y Los Ángeles. El Duke Ellington Park (Parque Duke Ellington) en su ciudad natal; una moneda de ¼ de dólar realizada en el año de 2009. Una estatua de Duke Ellington que se encuentra en la entrada del Salón Schoenberg de la UCLA, también en Los Angeles. Un doctorado honorario del Berklee College of Music
En el premio Grammy tiene presencia desde Grammy por álbum histórico, hasta mejor interpretación de jazz con big band, pasando por mejor composición de jazz y mejor álbum de banda sonora.
En el terreno del jazz, del soul y del rock, Duke Ellington fue inspiración de Dave Brubeck quien le dedicó su obra “The Duke” (de 1954) a Ellington. Miles Davis lo hizo en su álbum Miles Ahead, (de1957), obras hechas cuando el Duque todavía vivía.
Pero cuando falleció nuevamente Miles Davis lo homenajeó con su canto fúnebre de media hora, “He Loved Him Madly” (en su álbum Get Up with It) como un tributo a Ellington un mes después de su muerte o sea en junio de 1974. En 1976, Stevie Wonder escribió la canción “Sir Duke” de su álbum “Songs In The Key Of Life” como un tributo a Ellington. Más adelante, Joe Jackson interpretó el trabajo de Ellington en The Duke (en 2012) con nuevos arreglos y colaboraciones de Iggy Pop, Sharon Jones y Steve Vai.
En resumen y ya para concluir esta nota, Ellington tenía el talento suficiente para superar la rareza. Fue un músico que no solo procuró su estrellato, sino también el de sus músicos, al escribirles y permitirles partes específicas dentro de sus composiciones, dando como resultado un trabajo artístico que ayudó a que el jazz entrara en el ámbito académico e institucional, convirtiéndose por ello en uno de sus practicantes más influyentes.
Para terminar, permíteme invitarte nuevamente a entrar en mi página de FB, ECO’s Rock, en donde a partir de las 11:00 am de este sábado 20 de octubre tendrás el clásico aperitivo musical y después, fotos de impacto de Aleyda Gatell y de Odiseo; pintura con Pato Rascón; música con Creedence Clearwater Revisited y el debut de la banda Ámbar 56; continuamos con el poeta Eric Urías Romero y sus cuasi poemas; Güiris J. Fry te hablará de cine, seguiremos con la columna Psicoterapia Intensiva de Rock en la que Daniel Suárez te hablará de la “La Maldita Vecindad y los Hijos del 5º Patio” y con este Cirrus Minor que acabas de leer ¡disfrútenlos!
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Fuente:
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Fotografías: Pinterest y ECO’s Rock