Por: Jorge Salazar García. 05/12/2016
“No olvido, no perdono, no amnistía, al contrario todo el peso de
la ley para quienes delinquieron y saquearon a Veracruz” (MIYULI)
En el pasado mes de octubre, el lic. Miguel Angel Yunes Linares (MIYULI), hizo declaraciones que, en ese momento, despertaron en la población morbosas expectativas al decir poseer información que cimbraría a México sobre la enorme corrupción del gobierno de Javier Duarte. La manera de dar a conocer esa posesión y de cómo la había respaldado (memorias usb a buen resguardo) resaltaban su veracidad. Pudo notarse también una dedicatoria especial a EPN, al emplear la palabra “México” y no “Veracruz”. Desde mi punto de vista, con esta acción deseaba alcanzar varios objetivos; veamos dos principales logrados hasta el momento: evitar la total impunidad de Javier Duarte y conjurar la amenaza (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) de anulación de las elecciones pasadas.
Indudablemente, el gobernador electo, puede compartir muchas características indeseables con los servidores público a los cuales confrontó, menos las de tonto e ignorante. Sagazmente, jugó sus piezas para vencer en esta batalla. Lo consiguió, pero sabe que la guerra será permanente y deberá seguir implementando estrategias para permanecer el bienio y salir bien capitalizado el 2018. Lamentablemente, en tan corto tiempo, los enemigos agazapado torpedeándolo y con la pesada deuda heredada (100 mMp) NO podrá resolver las desesperadas demandas de justicia, empleo y seguridad de los veracruzanos, debido a que la negociación con la federación necesariamente implicó aceptar proteger intereses y cuidar impunidades.
En su toma de posesión, MIYULI, dejó ver que aquella información seguirá encriptada y agregó que sólo cimbrará a Veracruz ¡con acciones positivas! Ya no conoceremos la “médula de la corrupción” y las copias de los dispositivos que contienen esos datos continuarán en “bóvedas perfectamente resguardadas”. Consecuentemente la injusticia e impunidad seguirán imperando aunque la Ley sea rígidamente aplicada. Sin embargo, para muchos ciudadanos que sólo viven para si mismos esperando las migajas del poder, el nuevo gobernador ha cumplido sus promesas y recuperado credibilidad para los tres partidos aliados en el pacto por Veracruz: PRI-PAN-PRD.
Con los acuerdos alcanzados, el gobernador esquivó la confrontación abierta con la federación y parece ser la mejor salida; se evitan, por el momento, anarquía y más dolor a los veracruzanos. El arreglo se veía venir con la renuncia de Duarte y la expedición de la orden de aprensión. Su captura es inminente; se le castigará mucho a su egolatría y poco a su bolsillo o libertad; pero no permanecerá en la cárcel por los delitos imputados. Así mismo, caerán algunos pececillos de poca monta y el señor Yunes gobernará y recibirá apoyos financieros de la federación a cambio de no dar a conocer la información prometida y garantizar la vigencias de las reformas cumbre del peñismo: educativa y energética.
Con relación a la pregonada transición democrática, en su discurso de toma de posesión manifestó: “Veracruz votó porque se haga justicia. No por una regresión autoritaria”. Lamentablemente, ni una ni otra cosa serán realidades para los veracruzanos. Todo el tiempo utilizó el ”YO” protagónico dejando ver su carácter autoritario, anulando de facto a los poderes legislativo y judicial. Ya dejó claro que aplicará todo el peso de la ley a quienes afecten a terceros (refiriéndose a las manifestaciones). Y eso sería lo correcto, pero seguramente, dicha represión legal, sólo se ejercerá en contra del ciudadano común, no será así para con los señores del dinero y del poder.
Con el claro respaldo de la SEP, SENER, SEDENA, SEMAR, SEGOB y SHCP, el señor Yunes recibirá oxígeno por un tiempo, después, fatalmente, aumentará impuestos y deuda, disminuir sueldos, despedir empleados, reducir gasto social y corriente. La gigantesca deuda no le dejará otra opción. Los ricos y los empresarios, para quienes gobierna, no soltarán un solo quinto y el débito lo pagaremos TODOS quienes vivimos de nuestros trabajo diario. Estamos a la merced del sistema, sin remedio e indefensos porque estamos fraccionados, desinformados y atemorizados. Sin embargo, nunca se debe extraviar la esperanza de lograr la unidad de los ciudadanos. Busquemos alianzas e identifiquemos coincidencias en los agravios. Pugnemos por unirnos solidariamente en la indignación por el dolor ajeno para exigir y construir un “mundo donde quepamos todos”.
Fotografía: mehir