Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. Insurgencia Magisterial. 19 de septiembre de 2017.
Dedicado a Alfonso Lorenzo (no murió por un temblor).
Prácticamente a la medianoche del 7 de septiembre de este aciago 2017 una buena parte de los mexicanos fuimos despertados por lo embates de la naturaleza puesto que hubo un temblor que por la forma en que se sintió nos dio la indicación de que no se trataba de uno de esos pequeños temblores que diariamente se presentan no solo en México sino en muchas partes del mundo.
Al día siguiente en mi muro de FB puse el siguiente comentario:
La madrugada del 28-08-73 hubo un temblor de 7.3 a 8.7 grados, prácticamente acabó con Orizaba. El del DF del 19-09-85 fue de 8.1 grados, bien sabemos los resultados. El de anoche fue de 8.2 grados, estamos viendo sus consecuencias.
Varios de mis contactos pusieron algunas de sus experiencias vividas en cada uno de esos grandes temblores, lo que me dio la idea (con la venia de ellos) de escribir basado en sus testimonios y en los míos por lo que respecta al sismo de 1985. Así que mis queridos lectores de Insurgencia Magisterial, permítanme compartir con ustedes estas breves líneas, con un pequeño toque al estilo de ECO’s Rock, así que pongan esta rola y dispónganse a leer:
Temblor en Orizaba en la madrugada del 28 de agosto de 1973:
“Según mis recuerdos el temblor del 73 yo lo sentí muy fuerte ahí. Vi como los closets y los armarios grandes se despegaban de la pared hacia el frente y se fue la Luz”
“Fue en 1973 y su epicentro -se dijo- fue en Cd Guzmán. Yo me iniciaba como profesor en Cd. Lerdo de Tejada, Ver. en donde se sintió y hasta Orizaba a donde me fui al amanecer de ese día (en aquella época no existían los celulares ni el internet) porque no había otra forma de saber de mi hermano quien allá se desempeñaba como juez “mixto municipal”. El espectáculo de Orizaba era tétrico: féretros en la calle y en habitaciones abiertas y muchas de ellas cayéndose, paredes sostenidas con puntales, gente que se afanaba en remover escombros, el Ejército haciendo valla a una vieja iglesia que amenazaba con caerse y el multiifamiliar “Pacard” (o algo así) totalmente colapsado. Mi hermano estaba bien pero yo quedé con una especie de trauma que me duró muchos años: a menudo me despertaba angustiado por las noches y tenía que salir de mi casa a la hora que fuera a calmar mis nervios. Igual me sobresaltaba al menor movimiento en mi cama pues me recordaba aquel terrible movimiento trepidatorio que costó muchas vidas”.
Temblor de la mañana del 19 de septiembre de 1985:
“Recuerdo muy bien que ese día estábamos desayunando y viendo el noticiero de Memo Ochoa, de repente sentimos unas sacudidas y vimos como Lourdes Guerrero decía que estaba temblando muy fuerte. En un momento determinado, la señal se interrumpió. Poco después comenzamos a darnos cuenta de la magnitud del desastre en el DF”.
“Yo no viví el sismo del ’85 en el DF en la fecha que fue, sino prácticamente un mes después ya que como muchísimas viviendas se colapsaron al igual que varios hospitales, además de todas las vidas humanas y no humanas que se perdieron, el IMSS creó un programa para reubicar de manera voluntaria a los compañeros que desearan trasladarse a alguna parte de la república”.
“Al llegar a la ciudad de México, nos quedamos atónitos pues lo que veíamos en fotografías o en la tele, como por ejemplo los edificios que parecían torres de sándwiches, nosotros los vimos en vivo y en directo”.
“Recuerdo muy bien, cuando llegamos al recinto en donde se registraba el personal que se cambiaría de residencia, me impactó mucho la forma en que la gente lloraba y se abrazaba cuando veía a uno de sus amigos, se decían: pensé que habías muerto”.
“Un día estando en un cine me tocó una réplica del sismo, la gente salió en tropel, muchos lloraban y gritaban o se ponían a rezar. La función se suspendió, me dirigí al hotel en el que nos hospedábamos y en el bar del mismo me tomé cuando menos 4 brandis solos, porque mi corazón latía con una fuerza tal, que pensé que se me iba a salir del pecho. Al llegar a la habitación y ver que mi amigo y compañero Alfonso Lorenzo dormía plácidamente, en mi desesperación lo desperté y le dije: por poco te mueres y ni te diste cuenta”.
“En el recorrido del hotel al recinto de Churubusco, el metro sale a flor de tierra, enfrente de una de las terminales se encontraba el edificio de las costureras, había muchísimos féretros vacíos, esperando que sacaran sus cadáveres, cada día que pasábamos veíamos que los féretros disminuían”.
Sismo de la noche del 7 de septiembre de 2017:
“Jamás en mi vida había sentido algo así”
“Vi como la gente salía de sus casas hasta en paños menores, no fue nada divertido porque se veían muy preocupados”.
“Por redes sociales nos comunicamos con nuestros familiares en todas las zonas en que nos enteramos que había temblado”.
Para finalizar, un testimonio de sismos que se han presentado en conciertos de rock:
“La noche del sábado 10 de diciembre de 2011, previo al concierto de Dream Theater en el Auditorio Nacional, tembló, el concertó que fue el día siguiente, domingo 11 de diciembre, no fue suspendido”.
“La noche del 21 de abril de 2013, durante el concierto de The Cure en el foro Sol tembló, así se vio”.
Seguramente por tu mente pasan algunas imágenes que han marcado tu vida.
Fotografías: Google Images